Navegación fantástica en un ambiente circense de ensoñación rumbo a las épocas juveniles cuando lo utópico es asequible. Valiosa en simbolismos y metáforas filosóficas, "el Gran Pez" posibilita a Edward crecer, moverse y “no dejarse atrapar”. Decidido a “salir de la pecera” emprende viajes que, como a Ulises, lo llevan a odiseas dignas de ser relatadas. La interpelación a un padre da lugar al diálogo entre la verdad y lo imaginario, entre la vida y la muerte. Ahora es Will quien sostiene al “Gran Pez” que trasciende, persiste y transmuta a la deriva con los enigmas de la existencia.