Katie, quien desde niña se autopercibía como marginada, se había enfocado en realizar producciones artísticas que, aunque eran poco estimadas por su padre y sus compañeros del colegio, eran apreciadas por su hermano, su madre, su universidad, sus seguidores y algunos compañeros universitarios, a quienes llamaba "mi gente". En un viaje familiar pudo descubrir, acompañada de sus compañeros universitarios vía online, distintos aspectos de su familia. Ante un conflicto con una inteligencia artificial, quien fue desvalorada por su creador y desprecia a la humanidad prefiriendo a las máquinas, se relacionó con sus familiares de formas más íntimas, notando otros aspectos de ellos y de sí misma, creando nuevos lazos con ellos y preparándose para vivencias distintas a las que idealizó.