Un niño juega con su padre en un parque. Se los ve felices. Pero de un día para otro, a los ojos de su hijo este hombre comienza a experimentar cambios. Y será entonces cuando el pequeño Charlie deberá comenzar a tomar decisiones cruciales en su vida. El episodio se llama “The Father Thing”, e integra los relatos de ciencia ficción de Philip K. Dick, llevados a la pantalla en la serie Electric Dreams. ¿Qué de la “Cosa” del padre debe matar el niño para comenzar a advenir sujeto?
En otra historia, “The Hood Maker” ambientada en un mundo cada vez más limitado tecnológicamente, los telépatas mutantes se han convertido en el único dispositivo de comunicación remota para la humanidad. En la línea de otro de sus grandes relatos, “The Minority Report”, Dick introduce el valor analítico de la pitonisa, que frente a la contingencia debe inventarse a sí misma en un dictamen que, al incluirla en la escena, la barre.
Nadie más indicado que Fabián Schejtman para introducirnos en la literatura de Philip K. Dick y en el valor clínico de su fantasmática. Estudioso de la obra del escritor norteamericano, ha ido adelantando en clases y foros, donde se reconoce analizante de su auditorio, las finas lecturas que ahora formaliza en la escritura de esta obra
Apela para ello a la elegancia de la pluma cursiva para redoblar su apuesta ficcional:
Philip Dick se encontró con Jacques Lacan en dos oportunidades. En Chicago, Estados Unidos, en 1966 y en Lille, Francia, en 1977. El primero fue un cruce absolutamente fortuito, el segundo deliberadamente buscado por el escritor. En Chicago, el azar y una pizca de curiosidad condujeron a Dick hasta Lacan; fue su desvarío, en cambio, el que lo llevó a Lille, presuroso, para reencontrarse con el psicoanalista francés.
Y vuelve al rigor de la redonda, indicándonos así que el analista es al menos dos:
En este libro, los encuentros de Dick con Lacan son trenzados, con delicadeza y precisión, con los desarrollos que permiten abordar el nudo de la vida y la obra de quien fue uno de los más grandes escritores de ciencia ficción del siglo XX. En el marco de una investigación sobre la variedad clínica de la psicosis desde la perspectiva de la última enseñanza de Jacques Lacan, Fabián Schejtman hace así de Philip K. Dick un caso del psicoanálisis, es decir, lo deja caer en el campo que le es propio: el de la “ciencia-ficción”.
La aparición del libro está anunciada para mediados de Julio 2018 y es ya lectura obligada del receso de invierno para quienes deseen hallar en una misma obra rigor metodológico y a la vez poesía e imaginación. Los amantes del buen decir se sorprenderán, además, con la entrada de un género singular. Al ensayo clásico, que Ortega y Gasset nombró como «la ciencia sin la prueba explícita», o Alfonso Reyes como «el Centauro de los géneros», y Eugenio D’Ors, como la «poetización del saber», Fabián Schejtman ofrece ahora una torsión a través de su fina lectura clínica.
Psicoanalista, académico e investigador, Schejtman había recibido ya en 2015 el Premio Nacional de Cultura en el rubro ensayo psicológico por su obra “Sinthome: ensayos de clínica psicoanalítica nodal”. En este nuevo libro “Philip Dick con Jacques Lacan”, va más allá, suplementando su apuesta inicial. Retoma así el sesgo de su enseñanza de la psicopatología, haciendo del delirio no un desvío de la normalidad, sino algo digno de ser elevado a categoría filosófica: un gesto de (re) anudamiento posible para la existencia humana.