El Festival Hacelo Corto surge en el año 2002 como iniciativa del Programa “Medios en la Escuela” del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, a fin de jerarquizar y dar mayor visibilidad a las producciones audiovisuales realizadas en contextos escolares de todos los niveles educativos.
Desde entonces se convirtió en el acontecimiento que permite acercarse a la vasta producción audiovisual realizada en escuelas de nuestra Ciudad. Compartir esta verdadera fiesta de imágenes, es encontrarnos con las miradas de niñas, niños y jóvenes que presentan su sentir sobre el mundo. Pibxs de todos los niveles educativos se encuentran en una sala de cine donde escuela y comunidad se entrelazan dándole nuevos sentidos a aquello que se inventa en el interior de un aula.
Los talleres de cine en la escuela son una oportunidad de aproximarse al mundo cinematográfico y disfrutar de su magia como modo de agenciar múltiples maneras de leer y escribir sobre el mundo. En este sentido, la perspectiva asumida desde “Medios en la Escuela”, enfatiza el encuentro de la propia voz al producir un medio. Lo que se intenta promover es la pregunta por la propia implicación frente a un problema. Es esa mirada sensible la que se busca para transmitirle a otro un punto de vista original frente a la realidad. Hacer del acto creativo una experiencia educativa.
Podemos leer en su fundamentación:
Este espacio abierto de exhibición de los cortos producidos en diversos entornos educativos, estimula la producción audiovisual y brinda oportunidades de circulación de saberes entre la escuela y la comunidad. Si bien los cortos presentados se producen, en numerosos casos, con escasos recursos tecnológicos, puede percibirse en ellos ricas apuestas estéticas, temáticas y discursivas. Es así como Hacelo Corto se constituye en un espacio privilegiado para disfrutar de producciones en las categorías ficción, documental y animación y para conocer las problemáticas, los intereses y, sobre todo las voces de niños y jóvenes. (Bases del Concurso, p.1)
En la resolución que anualmente se publica para aprobar su realización se plantean los siguientes puntos que motivan su realización como evento educativo público:
Que numerosas comunidades educativas desarrollan experiencias de producción audiovisual, que muchas veces no tienen oportunidad de ser exhibidas más allá de las fronteras de la propia Institución;
Que organizar un Festival de Cortometrajes, brinda una ocasión inmejorable para el visionado colectivo de estos valiosos trabajos educativos y el encuentro con públicos heterogéneos que amplifiquen la mirada crítica obre los mismos;
Que en esta oportunidad de compartir se monta un proceso de comunicación a partir del cual los actores de una experiencia educativa se constituyen en sujetos de una enunciación, que lejos de esclerosarse en un discurso escolar, potencian su voz tornándose un hecho cultural compartido;
Que el Festival Hacelo Corto ha fundado un espacio privilegiado para disfrutar de las producciones de niños y jóvenes en formatos de ficción, video clip, nuevas búsquedas, documental y animación;
Que su continuidad en el tiempo resulta un valioso estímulo a la producción audiovisual realizada en instituciones educativas, donde las escuelas productoras reconocen en este evento la posibilidad de abrir sus trabajos a la comunidad;
Que un Festival organizado bajo estas condiciones, esto es, participativo, interactivo, protagonizado por el quehacer de los niños y jóvenes, se constituye en una verdadera experiencia de aprendizaje (Resolución Ministerial, 2017, Min. De Educación, CABA, p.1)
La consolidación del proyecto a lo largo de estos veinte años se vislumbra a través de la evolución cuantitativa de las instituciones participantes y el aumento del público convocado. Asimismo, la evaluación constante realizada y la participación de profesionales de renombre tanto en el quehacer cinematográfico como en la comunidad académica (como miembros del Jurado, por ejemplo) resaltan también el enriquecimiento cualitativo de los trabajos presentados, tanto en la factura técnica como en el nivel estético y discursivo.
En las Bases del Concurso se pueden observar algunos detalles de la organización de la convocatoria:
Los cortometrajes participan según el nivel educativo de sus productores divididos en 7 grupos:
- A. Instituciones de Nivel Inicial (desde sala de 4 años).
- B1. Instituciones de Nivel Primario (de 1º a 4º grado).
- B2. Instituciones del Nivel Primario (de 5º a 7º grado)
- C. Instituciones de Nivel Medio
- D. Instituciones de Educación Especial (las instituciones de esta modalidad pueden optar entre inscribirse en este Nivel o en aquél que corresponda a la edad de los alumnos productores)
- E. Productores Independientes (de 10 a 18 años)
- F. Instituciones de los Niveles Primario y Secundario del Área de Educación del Adulto y Adolescente
Desde el año 2016 cada uno de estos niveles compite en una categoría única participando de la misma cortometrajes realizados en diferentes géneros y formatos (animación, ficción, documental, video clip, etc.) sólo en los niveles A y B1 el Comité de Organización sugiere no realizar ficciones ni documentales, según consta en las Bases. Hasta ese año, desde su creación, los cortos participantes además de ser agrupados por niveles lo estaban por categorías de género, compitiendo por un lado los documentales, por otro las ficciones y por último las animaciones en cada uno de los Niveles. En los últimos años esto se ha dejado de realizar, emulando así los modos de organización de los Festivales de Cine en general, que ya no segmentan más por género, sino que la curaduría de los materiales a participar se realiza siguiendo diversas lógicas, que resultan uno de los resortes estratégicos que le da mayor identidad al evento. Tal categoría única se entiende en un escenario de producción donde se hibridan cada vez más géneros y formatos y por tanto se hace bastante difícil discernir en cada producción en qué categoría debería participar.
Otro de los aspectos a considerar en la organización de Hacelo Corto es su demarcación respecto a qué tipo de producciones pueden participar de la convocatoria.
En este sentido se plantean tres cuestiones: La primera es geográfica esto es, que pueden participar del concurso instituciones educativas (formales o no formales) y productores independientes de esta Ciudad y Gran Buenos Aires (primer cordón).
La segunda aclara que las instituciones educativas participantes pueden ser de gestión estatal o privada y de cualquier nivel (inicial, primaria, media, adultos, artística y especial).
La tercera, es sin dudas la que le da mayor identidad al Festival, allí se plantea que:
la producción a presentar deberá ser el resultado del trabajo de los alumnos (niños, jóvenes o adultos) bajo la coordinación de un docente/tallerista. No se aceptarán producciones de padres ni de equipos docentes, como así tampoco de equipos semiprofesionales (estudiantes de cine, otros) ni profesionales. Tampoco podrán participar experiencias pedagógicas filmadas (registros de clases, proyectos didácticos, filmaciones de actos, etc.). (Bases del Festival, p.1)
Esto demarca claramente un campo de trabajo que se distingue de una muestra de material audiovisual creado por las instituciones escolares para diversos fines y recorta a los niños como protagonistas en la creación de los cortos a presentar.
Del resto de las condiciones de participación rescatamos la concerniente a lo temático. Consta en el punto 3.6: “Los cortos podrán ser realizados en diversos géneros no habiendo ningún tipo de prescripción temática”. Esta es una condición fundante en la experiencia creativa dado que, al no haber temas indicados en la convocatoria, en el análisis del material seleccionado se ofrece la posibilidad de explorar qué tipo de narrativas los niños y adolescentes ponen en la pantalla a la hora de crear sus propias producciones audiovisuales.
Los objetivos planteados desde la Organización para el Festival son los que siguen:
Objetivo General
El Festival se propone generar un espacio de reconocimiento e institucionalización para el trabajo con los nuevos lenguajes contemporáneos en contextos donde lo tradicional aún continúa siendo la lectura y escritura de textos escritos.
Objetivos Específicos
- Incentivar la producción audiovisual realizada en entornos educativos a partir de su difusión pública.
- Generar un espacio donde confluya lo cultural y lo educativo contribuyendo a una alfabetización crítica.
- 3Favorecer el intercambio y circulación de las realizaciones entre los distintos actores de la comunidad.
- 4Organizar dispositivos de participación abiertos que sirvan de puentes entre lo cotidiano y lo escolar. (Fundamentación del Festival, p.1)
Para llevar adelante estos objetivos, el Festival ha generado un formato organizativo desde el cual gestiona la producción previa al evento que resulta pertinente explorar.
El Festival desde adentro
Cada Festival va gestionando su propio formato organizativo. En estos años Hacelo Corto consolidó una serie de prácticas que pueden resultar de interés para ser exploradas en el presente estudio.
Desde el inicio ha generado una serie de dispositivos destinados a otorgar mayor transparencia y legitimidad a las decisiones que se toman en su marco y, a su vez, orientados a ampliar la participación de otros actores escolares en la gestión del Festival.
Hay dos instancias que nos parecen suficientemente originales y merecen ser consideradas para entender las particularidades de este Festival. Se trata de la actividad de preselección y de los múltiples jurados que aprecian estas producciones, ambos constituyen mecanismos estructurantes del quehacer del Festival.
1. La Preselección
Una vez que los cortos se inscriben en el Festival deben ser confirmados como participantes del mismo a través del proceso de Preselección.
En las Bases del Concurso se consigna esta instancia del siguiente modo:
La Comisión Organizadora designará un jurado de preselección de los cortometrajes presentados. Sobre el total de las producciones preseleccionadas de cada nivel, el jurado de preselección determinara una sección “en competencia” y otra sección de “solo exhibición”. El concurso sólo se abrirá en el caso de haberse preseleccionado un mínimo de 8 (ocho) cortometrajes en competencia en cada nivel. (Bases, p.3)
El material que se inscribe en Hacelo Corto, al no ser producto de un quehacer profesional, en numerosas ocasiones tiene problemas técnicos (que hacen imposible su visionado en el cine), en otras tiene dificultades en el nivel de inscripción (sobre todo cuando son cortos producidos por talleres no formales con grupos heterogéneos) y, en algunas oportunidades, no responde al objetivo de la convocatoria (no son producciones realizadas por chicos). En cualquiera de esas situaciones, los cortos en cuestión, deben ser visualizados y definir sus posibilidades de integrarse al concurso, antes de pasar a manos del Jurado del Festival.
La instancia de Preselección es donde el Comité Organizador abre el debate acerca de las condiciones de participación de ciertos cortos en la competencia, junto con otros actores del sistema educativo que no forman parte de la organización del Festival. Supervisores de Nivel, Coordinadores de Programas afines al quehacer audiovisual, Directores de Área, entre otros, junto a algunos miembros del Programa Medios en la Escuela, se reúnen durante una jornada y analizan cada uno de los cortos que, a juicio del Comité Organizador, podrían tener alguna dificultad para participar en el Nivel de inscripción. De este modo, se busca transparentar los mecanismos que hacen que una producción cambie su nivel de competencia, otra no compita y sólo se exhiba y, las menos, queden fuera de la pantalla del Festival.
Helena Alderoqui, quien fuera directora del Área de Educación Artística de la Ciudad de Buenos Aires hasta 2018 y especialista en temas de cine y educación, participó como parte del Comité de Preselección a lo largo de las 16 ediciones del Festival. Respecto de esta actividad expresa:
Ver las producciones audiovisuales de los chicos es un privilegio: una oportunidad para pensar en las condiciones que llevaron a hacer cada corto, mirar con ojos más amplios y ver más allá de lo que se cuenta en cada video; es intuir procesos, imaginar chicos trabajando, maestros y talleristas organizando la tarea, es percibir el orgullo de los chicos al ver el resultado compartido. Los encuentros de la preselección también presentan obstáculos y problemas. ¿En qué categoría entra este video? Tiene rasgos de documental, pero la ficción también tiene mucha importancia. No es muy bueno como resultado, pero se nota que el producto responde a la narrativa de los chicos…
A través de los años los cortos obligaron a inventar categorías, acordar diferentes criterios, permitir la exhibición sin la competencia y a implementar tantas otras estrategias que apuntaron a que más chicos participen y puedan ir al cine a ver sus videos proyectados a lo grande. Los cambios del VHS al DVD y los formatos por venir permiten suponer que los alumnos de las escuelas van a disponer de mejores herramientas para hacer sus cortos. Los que participamos de la preselección podemos prever que se nos exigirá cada vez más también a nosotros. Tendremos que ampliar nuestra mirada y pensar a lo grande mirando los cortos de los chicos. (H. Alderoqui, comunicación personal, agosto de 2017)
En los últimos dos años esta tarea sumó una nueva actividad: la de definir si un cortometraje participaba en calidad de “sólo exhibición” o “en competencia”. Los Organizadores expresan al respecto:
Cuando se planteó la categoría única (sin diferencia de géneros) se debía tomar alguna decisión respecto de los cortos a enviar al jurado. Esta distinción, en el seno de los cortometrajes preseleccionados, permite jerarquizar la competencia en tanto los Jurados reciben las mejores producciones que se van a exhibir y, al mismo tiempo, no desalienta la producción, ya que la mayoría de los cortos inscriptos van a ser apreciados en la sala de cine (aunque no estén en competencia).
2. A. Los Jurados del Festival: Competencia Oficial y Premios Especiales
Una vez que los cortos se preseleccionan como “en competencia” pasan a las diversas instancias de jurado organizadas. Por un lado, está el “Jurado oficial” y por el otro los diversos jurados de “Premios especiales”, entre los cuales funciona el “Jurado entre pares”.
Esta organización con múltiples actores que aprecian el mismo material, es otro de los puntos que distinguen a este Festival. Los organizadores explican este dispositivo ligado a los propósitos del mismo:
Una de las cuestiones más importantes que Hacelo Corto quiere generar es la visibilidad de la producción escolar en la comunidad más amplia. Llevar la mirada de los niños a espacios donde no se la ve, a actores que la desconocen. Para eso es fundamental el papel de los jurados. Ellos son personas reconocidas por su trayectoria profesional que se sorprenden con lo que los chicos producen. De ese modo, generalmente se convierten en portavoces de esta actividad (…) Al mismo tiempo, que sean diferentes jurados quienes vean el mismo material permite cruzar diversas perspectivas para valorar los cortos. Algunos lo ponderan desde el lenguaje cinematográfico, otros desde lo temático, otros desde su propia mirada como pares (niños o jóvenes). (Organizadores de HC, comunicación personal, mayo de 2019)
En las Bases del Concurso esto está planteado de la siguiente manera:
Para la premiación de los cortometrajes que participen de la sección “En competencia” la Comisión Organizadora designará un jurado especial. La composición del mismo será heterogénea, integrada por especialistas del ámbito cinematográfico (directores de cine, actores, realizadores de festivales, miembros de instituciones de enseñanza) y académico (comunicación y educación, infancia, tecnología educativa, entre otros). El jurado a partir de la preselección realizada, evaluará y definirá los cortos ganadores estableciendo para cada nivel hasta un primer premio, un segundo premio y una mención especial. El Jurado podrá declarar desierto el concurso en alguno de los niveles. (Bases, p.2)
En las 16 ediciones del Festival realizadas hasta la fecha de inicio del presente estudio, el Jurado Oficial ha variado su composición y la cantidad de las ternas en las que se distribuye, acorde al modo de organizar la competencia. Sin embargo, ha mantenido la cualidad interdisciplinaria y de convocar a expertos en cada campo disciplinar.
Así, por ejemplo, han participado del Jurado Oficial directores de cine como Manuel Antin, David Blaustein, Eduardo Mignona, Nicolás Batle, Lorena Muñoz, entre otros. Pero dado que muchos de los cortos son animaciones, han participado expertos en este tipo de cine como Liliana Romero, Javier Mrad, Melisa Martinez, Becho Lo Bianco, Miguel Rur,etc. Asimismolo integraron psicólogos y psicoanalistas como Juan Carlos Volnovich, Juan Jorge Michel Fariña, Nora Elichiry, María Elisa Pizzo, etc. y cientistas sociales especializados en infancia, educación y comunicación como Pablo Pineu, Mirta Varela, Mónica Rosenfeld, Viviana Minzi, Edith Litwin, Carlos Skliar, entre otros. También el Jurado convoca a críticos de cine y periodistas ligados a este quehacer como Pablo Scholz, Gabriela Radiche, Ronnie Arias, Nora Veiras, Carlos Ullanovsky, etc. A su vez se suman otros perfiles de la industria del espectáculo: actores como Dalia Gutman y Gerardo Chendo, productores como Gonzalo Speranza, y VíctorTevah, guionistas como Héctor Gómez y Martín Méndez, entre otras especialidades. Completan la multiplicidad de rubros involucrados, personalidades ligadas al mundo del arte y la infancia: Ricardo Mariño (escritor), Facundo Agrelo (PakaPaka), Helena Alderoqui (Planeamiento especializado en Artes), Mercedes Viegas (Cine para chicos curiosos), Aldana Duhalde (Festival Prix des Jeunes), así como también Directores de escuelas de cine y responsables de especializaciones en estos temas como: Emilio Cartoy Diaz (TEA imagen), Ralph Hayek (BAC e INCAA), Fabio Tarasow (FLACSO), Oscar Parisso (SICA), entre otros.
Aldana Duhalde, comunicadora especializada en medios e infancias y representante del Festival Prix des Jeune, ha sido en numerosas ediciones Jurado del Festival y plantea de este modo lo que siente en este quehacer:
Hacelo Corto me gusta comenzando por el nombre. HACELO es una invitación a arremangarse para poner manos a la obra. Para pensar cada uno, llegar a un acuerdo entre muchos, elegir la idea y perseguirla hasta que tome forma. Y en este caso, la forma suele ser un gran CORTO. Grande porque los que eligen y hacen son esta vez los chicos. Grande porque dentro de un millar de mensajes que circulan en los medios estas producciones logran hacerse camino y ocupar un verdadero espacio, tan grande como un cine. Se multiplica su valor en funciones, en copias en videotecas y en compilaciones que nos acercan la voz y el testimonio de miles de chicos que quieren contarnos sus mundos. Grande porque combina el juego del aprendizaje con el trabajo en equipo y la concreción de una obra que se ofrece para que otros la transiten, descubran diversidades, disfruten identificaciones y participen de un diálogo que no tiene fin. Es un placer recibir estas historias, dedicarles tiempo y reflexión. Sorprende ver la originalidad, la expresividad y el amor que se adivina detrás de lo que se ve y se escucha. Cada vez hay más conciencia –en estos jóvenes autores, en los facilitadores de la experiencia y en nosotros, los espectadores– del poder de comunicación que tienen los chicos cuando tienen ganas de comunicar. Esto crece año a año, a la par de los avances tecnológicos que habilitan herramientas más accesibles. Es importante no dejarlo escapar: Hacelo Corto acompaña esta energía casi natural de las nuevas generaciones de una manera sensible, inteligente y llena de alegría. (A. Duhalde, comunicación personal, abril de 2018)
Emilio Cartoy Diaz, realizador y productor de cine y TV, expresa:
Muchas sensaciones, imágenes y palabras dan vuelta en mi cabeza cuando pienso en estos años como jurado del festival. Como en el túnel del tiempo me voy al pasado, a ver los primeros cortos. Increíble ver los VHS hoy que estamos frente a la generación 2.0. Al revisar el material pensé en varias cosas. Primero, cómo aquella idea, esa primera semilla prendió tan fuertemente en los docentes y alumnos. Sin dudas, la propuesta de trabajar con el cine en la escuela fue y es fantástica. Les abrió las puertas a soñar, pensar, comunicar en imágenes, contar historias, discutirlas y trabajar en equipo. También pensé como, de unas pocas escuelas hoy son un “montonazo”: jardines, escuelas primarias, escuelas medias, públicas y también privadas. La amplitud de los convocados llegó a las escuelas especiales, cruzó y borró barreras. Unió la capital con el Gran Buenos Aires. Qué mérito el de Hacelo Corto. Hay muchos proyectos que lo han intentado, pero pocos que lo han logrado. (E. Cartoy Díaz, comunicación personal, abril de 2018)
Además de la instancia de Competencia Oficial, el Festival convoca a otras organizaciones que otorguen otras distinciones. Estas premiaciones han variado a lo largo de los años, comprendiendo instancias temáticas (generalmente variables), vinculadas al formato u otras. Dentro de estos jurados espaciales nos interesará explorar principalmente la experiencia de los Jurados entre pares, esto es el Jurado infantil y el juvenil.
En las Bases del Concurso 2019 está expresado de la siguiente manera:
Asimismo, se nombrará un jurado ad-hoc que seleccionará los premios especiales que se organicen en esta edición del Festival. Participarán de los mismos los cortometrajes que se enmarquen en cada una de las convocatorias.
– Premio otorgado por un jurado infantil (sólo para B2) y jurado juvenil (C, E y F), que reconocerá las mejores producciones desde la perspectiva de niños y jóvenes.
– Premio Santillana: se premiará entre los cortos presentados en el nivel A.
– Premio Signis: se premiará entre los cortos presentados en el nivel B1 y B2.
– Premio Dac: se premiará entre los cortos presentados en el Nivel C.
– Premio Fundación Ciccus. Se premiará entre los cortos presentados en el nivel D.
– Premio “Con + cuidado” podrán participar de este premio los cortos cuyo tema sea el consumo de sustancias y la promoción de la salud. Esta premiación se coorganizará con la Asociación Civil Intercambios.
– Premio “Hacelo Sustentable” podrán participar de este premio los cortos cuya temática se relacione con el cuidado del medio ambiente. Esta premiación se coorganizará con la UPE Educación para la Sustentabilidad.
– Premio “Mirada Plural” podrán participar de este premio los cortos cuya temática se relacione con los DDHH, la diversidad y la convivencia. Esta premiación se coorganizará con la Subsecretaría de DDHH y Pluralismo Cultural del GCBA. (Bases del Festival, 2019, p. 3)
Pese a que cada una de estas instancias resulta de interés para comprender la dinámica del Festival, nos concentraremos en el Jurado entre Pares por considerarlo una de las instancias más originales y fecundas para reflexionar acerca de los aprendizajes y la participación a través de esta actividad.
2.B. El Jurado entre Pares: Jurados Infantil y Juvenil
En 2007 se propició por primera vez, con apoyo de UNICEF Argentina, la convocatoria a un Jurado Juvenil (conformado por alumnos de escuelas medias) y al año siguiente, además, se organizó un Jurado Infantil (integrado por alumnos de 3º ciclo de escuelas primarias). Estos Jurados, que se continúan reuniendo hasta esta la presente edición, otorgan sus propias premiaciones y se suman así, a las que define el Jurado Oficial del Festival.
Los Jurados Infantil y Juvenil ofrecen la oportunidad de visibilizar la apreciación de niños y jóvenes sobre las producciones audiovisuales que realizan sus pares. La experiencia que se viene realizando, ha mostrado ser (a juicio de los Organizadores) sumamente enriquecedora al poder sumar otras voces en la evaluación de los cortos en competencia.
En cada institución participante se realiza una jornada formativa tendiente a explicitar algunos conceptos que chicos y jóvenes deberán tener en cuenta para conformarse como jurados.
Los encuentros deliberativos se constituyen en foros de debate, que permiten compartir distintas miradas acerca del material visionado, para llegar a un acuerdo que destaque las obras distinguidas en cada categoría.
Los Jurados entre Pares exigen una preparación previa para la apreciación y ponderación de los cortos a premiar. Esto implica una actividad de formación de los grupos participantes del mismo.
El proceso de trabajo en la configuración y actividad de estos Jurados podría ser descripto como sigue:
- Selección de las escuelas a conformar los Jurados Infantil y Juvenil: se propone a diversas escuelas, interesadas en el trabajo con medios, la posibilidad de formar parte de estos Jurados. En general se eligen unas 8 instituciones diferentes para cada uno de los jurados. La condición para formar parte de esta instancia es no haber presentado cortos al festival en ese año y poder realizar el proceso de inducción previo y la salida al lugar donde se realice la deliberación.
- Proceso de Inducción y Visionado del Material en competencia: el equipo organizador del Festival se acerca a cada una de las escuelas que participarán de estos Jurados para realizar, junto con el docente a cargo del grupo, esta etapa de Inducción.
A partir de una serie de materiales confeccionados con el fin de compartir algunas ideas acerca de la actividad de apreciación de cine, se organizan 2 jornadas formativas en las cuales se acuerda lo que implica participar como jurado y se visualizan cortometrajes producidos en ediciones anteriores del Festival y también realizados por cineastas profesionales y considerados de calidad. La pregunta en estos encuentros se orienta en torno a pensar: ¿qué significa que un cortometraje sea considerado valioso como obra cinematográfica? La idea es trascender la primera impresión por la cual niños y jóvenes plantean que un corto les gusta/no les gusta, para poder volver a apreciarlos, demorando la opinión del gusto adquirido en el consumo cotidiano y pudiendo visibilizar nuevos aspectos. De este modo se introducen algunos elementos técnicos para la apreciación, ciertas cuestiones del lenguaje audiovisual, distinciones entre géneros, entre otros, y se les propone visionar los materiales presentados, pudiendo hacer una toma de notas en una grilla que contiene estos aspectos. Sin embargo, la propuesta es entrenar en una mirada más reflexiva, pero en relación con la ponderación integral de una pieza, más que con una grilla cuantitativa. El Festival se abstiene de proveer una mecánica de ponderación en torno a ítems estructurados de antemano. No se entrega una tabla para puntuar las películas de acuerdo a criterios estipulados, sino que la idea es que cada Jurado elabore su propia manera de valorar y defina las premiaciones con arreglo a ciertas argumentaciones singulares, emergentes en cada competencia y sean estas las que les entreguen como devolución a los cortos elegidos como premios.
Una vez acordadas, en estas jornadas formativas, el abordaje de la tarea de Jurado, se inicia el proceso de visualización de los materiales en competencia. La idea es que los chicos vean la totalidad de los cortos sobre los que van a deliberar una primera vez en sus escuelas y debatan allí qué premiarían. En algunos casos, cuando no pueden realizar la salida a la Jornada de Deliberación, esta primera selección es enviada para la organización de los materiales a presentar en la deliberación. El objetivo es que la instancia en la cual deben deliberar sea realizada sobre un corpus de materiales que ya fue visto y analizado. De esta manera se logra una mirada más reflexiva y una participación más fundada. - Proceso de Deliberación: se realiza en una institución externa a la escuela, por ejemplo, una escuela de cine (TEA imagen), en donde se convocan a todas las instituciones que conforman cada Jurado - Infantil y Juvenil- durante unas 3 horas para poder visualizar el material y acordar un primer premio y una mención especial.
Para poder volver a mirar la totalidad del material en competencia (que generalmente puede implicar 4 horas de visionado), se organiza una dinámica interesante de trabajo, en la cual los cortos en competencia de ese nivel, son subdivididos en 3 o 4 partes de una duración aproximada de una hora. Este material es visto por distintos grupos que eligen dos cortos a traer a la deliberación colectiva. En esta actividad, cada grupo escolar se subdivide y mixtura con los otros conformando una nueva comunidad de apreciación del material, esto permite la aparición de una nueva mirada a veces diferente de la que hicieran en el escenario escolar habitual rodeados de sus compañeros de clase.
Cuando llegan al ámbito de deliberación final para la premiación, cada grupo presenta los materiales que seleccionó, explica por qué los eligió y allí finalmente se acuerdan los premios a otorgar. En esta especie de asamblea participan unos 100 niños o jóvenes y por tanto en muchas ocasiones la premiación resultante surge de la votación a mano alzada, pero que de algún modo está sostenida por las sucesivas apreciaciones del material.
En la evaluación realizada a los participantes de estos Jurados se manifiesta de manera mayoritaria “el placer de haber participado de la actividad, el respeto percibido por la opinión de cada uno y lo importante que se sintieron realizando esta tarea”.
El Festival de Cine como experiencia transformadora de prácticas y significaciones compartidas.
Hacelo Corto resulta un formato sumamente adecuado para traccionar los procesos de creación audiovisual que pueden acontecer en la escuela, transformando los consumos habituales infantiles y adolescentes, tornándolos en obras autorales que los grupos de niños-cineastas ofrecen como voz propia acerca del mundo que los rodea.
Una lectura apresurada podría considerarlo como sólo un evento, un acto donde se muestra lo que se realiza en la escuela. Sin embargo, a partir de los datos que se recogen en estos 20 años de trayectoria, el Festival articulado con la experiencia de hacer cine en el aula, permiten la transformación de las prácticas escolares a partir de convertir experiencias escolares en actos culturales. Es la transformación de las significaciones y los propósitos compartidos frente a una tarea, las que sin dudas logran la emergencia de nuevas maneras de subjetivación y de la riqueza de miradas que resumen sus producciones.
Siguiendo a Eduardo Russo:
(…) Hacelo Corto coincide con una de las más radicales transformaciones de nuestro entorno audiovisual desde sus comienzos. Una revolución a la vez intensa y enmascarada tras la engañosa familiaridad de lo cotidiano.
Las transformaciones de las tecnologías audiovisuales son quizás las más evidentes, celebradas por el mercado y convertidas en la avanzada de una cultura del consumo electrónico-digital. Sin embargo, no menos importante resultan las transformaciones simultáneas en la creación, la circulación y el consumo de bienes simbólicos. Cada espectador se enfrenta al surgimiento de nuevas actitudes y actividades en su entorno audiovisual, desplazándose desde el lugar de receptor, para convertirse en partícipe y hacedor. Hacelo Corto promueve este pasaje no sólo desde la temprana adquisición y manipulación de lenguajes y materiales audiovisuales, sino también cómo desde un lugar generador puede expandirse la relación entre prácticas de lo audiovisual y la escuela, ampliando las oportunidades de los chicos para dar forma y sentido a mundos reales y ficcionales por medio de la imagen y el sonido. Trascendiendo las dinámicas del consumo o hasta de control social que suelen regular las propuestas de lo audiovisual mediático, podemos acceder en estas experiencias a una lógica diferente que ensancha zonas de creación y libertad en pantalla. (Russo, 2011, p.73)
Podemos afirmar entonces que, no sólo la experiencia de producción de cine en la escuela es transformadora de los formatos escolares habituales, sino que lo es mucho más en virtud de estar atravesada por la existencia del Festival de Cine como corolario de la misma. Es decir que las prácticas y significaciones compartidas en el marco del taller de cine promueven una participación que amplía las oportunidades de aprendizaje de los diversos actores escolares, pero esto cobra una nueva perspectiva cuando se las analiza a la luz de conformar Hacelo Corto.
Filmar y mostrar la propia película en un Festival de Cine implica trasponer las operaciones escolares al registro de un sistema exógeno al aula -como es el de cultura-organizando así una nueva lógica en el territorio cultural cinematográfico. Los discursos audiovisuales que se originaron en la escuela -muchas veces para ser exhibidos dentro de la propia comunidad educativa- salen de la escuela para ser apreciados por otros. Y esto cambia radicalmente el sentido de la actividad creadora.
La construcción de públicos múltiples- jurados diversos del Festival y público de sala- que cruzan sus miradas en la apreciación de aquello que se genera dentro de la escuela, resulta condición fundante de un nuevo decir que se constituye en el acto mismo de poder habilitar su circulación por fuera de las paredes escolares.
Así, cuando la producción escolar que adviene en el aula admite la apreciación de una terceridad propia del circuito cultural –como sucede por ejemplo con los jurados de Hacelo Corto–, cuando esa obra, lejos de ser difundida en la escuela, puede ser vista colectivamente en el cine, cuando las lógicas de circulación y acreditación exceden los modos de organización escolar (por poner sólo algunos de los datos aquí reseñados en torno a Hacelo Corto), se produce una experiencia de transformación radical de los formatos escolares habituales.
No se trata sólo de proponer hacer cine en el aula, en tanto atravesar una serie de aprendizajes que no estarían previstos por la currícula vigente, la apuesta de transformación desde Hacelo Corto es la de urdir dentro de la escuela la exterioridad del cine y de poner en circulación dentro del cine la intimidad de la escuela.
Siguiendo aquello de “la educación no es una preparación para la vida, sino la vida misma” (Dewey, 1967) la participación en un Festival de Cine como Hacelo Corto permite trascender el como sí fundante de la gramática escolar, su encierro moderno, su modo de configurar los escenarios como elididos de las prácticas reales donde el mundo adulto se desarrolla. Es la oportunidad de practicar desde la escuela aquellos oficios que se despliegan en el mundo adulto, pero hacerlo formando parte, de verdad, de los propios circuitos culturales que se organizan en este mundo. No sólo se juega a hacer cine, se lo hace y se lo mira en el cine. Se trata de realizar cine de verdad y que estas obras sean vistas por la gente de cine.
De este modo, las miradas de niños y jóvenes presentan su sentir sobre el mundo, esos ojos primeros, los ojos de infancia, se hacen ver en la sociedad de la que forman parte.