Volumen 13
Número 1 Abril 2017 - Agosto 2017
Publicación: Mayo 2017 Posmemoria y Segregación
Resumen
¿Qué es la memoria? Emiliano Bustos, poeta, ensayista y artista plástico, anticipa en estos pasajes un extenso trabajo de investigación que integra un volumen a ser editado por la Dra. Rike Bolte, de la Universität Osnabrück (Alemania). Se trata de sus impresiones personales, a propósito de una pieza de teatro compuesta en 1993 por hijos de desaparecidos y que se adelantó al movimiento estético de posmemoria. La fotografía que acompaña la nota es de Esteban Costa, quien también participó en la gestación y puesta en escena de la obra.
“En 1993 un grupo de hijos creó un dispositivo poético-teatral –con las limitaciones que podían imponer la edad o la época- en el que la ausencia, como lenguaje, no opera en dirección del medio discursivo –supongamos, los derechos humanos o, incluso, la salud mental y los derechos humanos- que pudo darle sustento. La ausencia allí se pronuncia de un modo extraño, aunque no deja de ser ausencia. De hecho, Andrés y Bruno están habitados por ausencias que podrían identificarse con las de los desaparecidos, pero al mismo tiempo construyen un discurso que en su ambigüedad se presenta como difícilmente asible a un sentido determinado.“
(...)
“¿A quién le habla Andrés? Sus pájaros, que en ningún momento se ven, lo habitan desde un decir casi apasionado. Aparta la mirada de su libro sólo para diferenciarlos. Los nombra, los señala y describe. Bruno, arrinconado por una pasión en apariencia mucho más vital, no soporta esa soledad, que se le presenta árida como la estación. Bruno también habla, pero, ¿de quién habla? Los monólogos empiezan a crujir. Se interpelan furiosamente. En algún momento, Andrés saca una navaja y actúa un gesto amenazante que se repite, mecánico. Hacia el final, en un juego de acciones en espejo, se abrazan y luego recuperan un intercambio de palabras que los deja casi en el mismo lugar de inminencia y soledad del principio. El encuentro, que en algún momento de la obra parece posible, se desvanece.”
(...)
“No hay forma de saber si un texto –porque hablamos, en definitiva, de un texto poético-teatral- casi desconocido, de 1993, está en condiciones de ofrecer algún reajuste a lo que usualmente se entiende por posmemoria. Probablemente la respuesta esté dada de antemano. Sin embargo, la arqueología que hemos intentado tal vez permita indagar en los mandatos respecto de la memoria. Como hemos dicho, nos encontramos frente a un texto no referencial –al menos no marcadamente referencial- que, de todos modos, ensaya un relato que también puede ser entendido como una construcción en torno a la memoria. Asimismo, el texto, y más abarcadoramente la experiencia de la obra, permiten vislumbrar los alcances de una etapa –desde el fin de la dictadura y la recuperación democrática hasta los primeros años de la impunidad- del trabajo terapéutico y creativo realizado desde la salud mental y los derechos humanos, trabajo que posibilitó un inédito marco reparador para los hijos de desaparecidos.”
Ernesto Arellano y Emiliano Bustos, en sus personajes de Bruno y Andrés, durante un ensayo de la obra "El tren de las 4 y 30", en 1993.