Volumen 12
Número Especial Noviembre 2016 Publicación: Noviembre 2016 La ética en la escuela según Los Simpson
Resumen
¿Cuáles son los límites del diagnóstico psicopedagógico? Este capítulo del libro aborda la temática de la relación entre la escuela y llamado Trastorno por Déficit de Atención. Bart vuelve a ser el centro de una situación a la vez compleja y confusa, tanto para los adultos como para sí mismo. Las consecuencias subjetivas de la demanda de una respuesta por parte de la escuela y la diferencia que instala su comportamiento, son ocasión para un análisis sobre los aportes que la ética puede hacer a un debate que no se subsume ni en la lógica disciplinaria de la escuela,ni en una mirada desde la clínica de las entidades psiquiátricas.
El ADD en la escuela, ¿síntoma de desadaptación infantil o recurso farmacológico para el control disciplinario?
Flavia A. Navés
Introducción
A partir del capítulo “El cambio de Bart” (1999), correspondiente a la Temporada 11, capítulo 2, de la serie televisiva Los Simpson, nos proponemos realizar un análisis sobre los efectos impensados de los discursos psico-educativos en la construcción subjetiva de los niños posmodernos.
Realizaremos nuestro análisis desde una perspectiva ética que se apoya en las categorías universal/singular. La dimensión ética introduce la singularidad de la situación y lo particular, apoyado en la dimensión moral escenifica las características del dispositivo escolar moderno.
Para ello expresaremos la necesidad de desnaturalizar la forma de mirar el modelo de infancia y el dispositivo escolar moderno que en él se sustenta, con la finalidad de reflexionar sobre esta situación tratando de encontrar argumentos conceptuales y éticos a la hora de intentar esbozar un pronunciamiento sobre el tema.
La historia de Bart y su relación con la escuela
Bart Simpson tiene 10 años. Es un niño simpático e hiperactivo; desde que nació fue muy travieso y rebelde. Le gusta estar fuera de su casa, socializar con sus amigos, hacer bromas permanentemente y coleccionar las historietas de su súper héroe favorito Radioactive Man. A Bart no le gusta la escuela; a medida que avanza en su trayectoria escolar su condición académica empeora. En el capitulo “El cambio de Bart” vemos cómo los desmanes que él realiza lo ubican en una situación límite. No le alcanzó con tomarle el pelo al director, sus ganas de hacer travesuras lo llevaron a destruir el gimnasio de la institución. Como sus acciones sobrepasaron los límites establecidos, Skinner, el director del colegio, decidió tomar medidas.
Es por eso que, sin más paciencia, cita a sus padres para comunicarles su decisión: “Bart ha ido más allá de lo que podemos tolerar, su hijo es un verdadero demonio que ataca sin piedad todo lo bueno y sincero… lo peor de todo es que afecta las calificaciones de los que se sientan cerca de él…Bart es el caso clásico del síndrome de falta de atención…lo importante es que él hace que los niños sean inquietos y se distraigan… ¡Temo que debo expulsar a su hijo! ¡A menos que quieran probar algo radical no probado y potencialmente peligroso!... es una nueva droga llamada Focusyn”.
A partir del fragmento seleccionado nos surgen los siguientes interrogantes: ¿Puede el docente contar con los recursos necesarios para diagnosticar Déficit de Atención en un niño? ¿Cuáles son los requisitos que debe reunir un niño para tener garantizada su permanencia en un establecimiento educativo? ¿Qué efectos sobre la subjetividad del niño producen las prácticas psico-educativas? ¿Qué efectos sobre la subjetividad de un niño producen estas drogas para tratar trastornos de hiperactividad a corto y largo plazo?
El dispositivo escolar moderno como proyecto político
Como consecuencia de la Revolución Industrial y de la Revolución Francesa, se instaló un nuevo movimiento social y cultural que difundió la razón como el elemento principal para la construcción de un nuevo orden social. Esta nueva manera de organización social fue constituyéndose, durante los siglos XIX y XX, en lo que se conoce con el nombre de Estado-Nación. A partir de su surgimiento se hizo necesario constituir un tipo de sujeto universal, conocido con el nombre de ciudadano.
La escuela y la infancia son producto de la modernidad. La escuela quedó asociada a un proyecto político y social sobre la infancia que supone su escolarización masiva y obligatoria. La infancia se transformó en el objeto de estudio y de normalización de los pedagogos, el proceso de escolarización se transformó en el escenario que permitió desarrollar el proceso de normalización y el espacio escolar se caracterizó por funcionar como una máquina de vigilar, castigar, aprender y recompensar.
En la Argentina, podríamos afirmar que fue Domingo F. Sarmiento (1811-1888) quien estructuró el sistema educativo sobre la base de la noción que una nación sólo lograría producir sujetos “civilizados” por medio de la educación. A partir de esta máxima quedó instituida la noción de una escuela capaz de civilizar, ordenar el tiempo, sistematizar el espacio, controlar las actividades, otorgar identidad social, disciplinar los cuerpos y sancionar la conducta.
Desnaturalizando la escuela y la familia
Según Ricardo Baquero (1996) “la escolarización parece, una manera –entre otras posibles- de dar tratamiento a la niñez; una manera en ocasiones violenta, ya que implica obligaciones de asistencia, permanencia, trabajos, logros, para evitar sanciones en especial las del fracaso…”
Para quienes nos encontramos inmersos dentro del dispositivo escolar moderno, la escuela es el contexto natural en el que el niño se desarrolla; es por ello que vemos con absoluta naturalidad las prácticas escolares. Sin embargo, los contenidos escolares suelen ser poco atractivos para los niños y se encuentran muchas veces desfasados de la realidad cotidiana que les toca vivir.
Analizar el aprendizaje escolar desde una perspectiva psicológica que se apoya en el enfoque diádico y hace foco en el déficit del alumno, tal como se produce en el fragmento elegido del capítulo de Los Simpson, limita el análisis de los alcances impensados que posee la acción educativa sobre la construcción subjetiva de los alumnos.
La escuela a la que asiste Bart pretende reproducir un tipo de subjetividad que responde a una lógica disciplinaria que tuvo su auge en la modernidad. El dispositivo escolar moderno produjo formas clásicas de subjetivación, pero, se encuentra a mucha distancia del sentido que le dio origen. Los nuevos escenarios sociales y culturales propios de nuestra época histórica hicieron que la familia y la escuela disminuyeran su influencia en la formación y en la socialización de los sujetos.
La potencia soberana del Estado se desplazó hacia el Mercado, instituyéndose la figura del consumidor que vino a reemplazar a la del ciudadano. Ya no le pertenece a la escuela el patrimonio exclusivo del conocimiento. El uso masivo de las TICs, la televisión, etc., propician nuevas maneras de obtener información y conocimiento. La familia también sufre transformaciones que producen fracturas en su estructura. La sociedad contemporánea se define por su capacidad de consumir más en menos tiempo, reafirmando la potencia del Mercado. La medicalización de los niños en edad escolar es consecuencia del abuso del consumo instaurado por el Mercado. La droga para tratar trastornos de hiperactividad a corto y largo plazo como el “Focusyn”, con el que se pretende lograr que Bart cambie su conducta, sin medir las consecuencias sobre su subjetividad, es también un producto del Mercado.
Dentro de estas nuevas coordenadas y dimensiones que configuran nuestro tiempo la trayectoria escolar carece de sentido. Los nuevos estudiantes son niños independientes en la negociación cotidiana para lograr su sustento y por lo tanto una niñez autónoma (Narodowsky, 1999) Sin embargo, la escuela no los concibe como niños con intereses propios, como sujetos de derecho.
El proceso de normalización y su consecuencia: el diagnóstico psico-educativo
En la sociedad contemporánea existe una proliferación de diagnósticos que pone en la mira a los niños. Skinner, el director de la escuela a la que asiste Bart, responde a esta lógica cuando considera que medicarlo es la única alternativa que puede garantizar su cambio de conducta y por lo tanto su permanencia en el establecimiento.
Asimismo, alcanzar un rendimiento adecuado en las tareas escolares es una tarea difícil de lograr para muchos niños. Sin embargo, cabe destacar que muchos de estos niños logran superar las expectativas de los adultos cuando se avocan a realizar tareas que promueven su interés. Esto nos pone sobre la pista de que la falta de interés que muestra el niño para realizar las tareas escolares podría deberse a cuestiones que no son tenidas en cuenta, situándonos frente al desafío de re-pensar, desde una mirada ética, las categorías nodales que avalan esta situación y que producen efectos en la constitución subjetiva de los niños posmodernos.
Desde una perspectiva psicoanalítica no podemos dejar de tener en cuenta la importancia que adquiere adentrarnos en la historia familiar cuando nos encontramos frente a niños que presentan dificultades en el aprendizaje. Muchas veces el estudiante debe enfrentar sus propias limitaciones y aquellas fantaseadas por su familia en relación con los logros que pueda obtener en el ámbito escolar. Homero y Marge, los padres de Bart, a pesar de no estar convencidos de las cualidades de la droga recomendada por Skinner, aceptan la decisión tomada por él. Esta decisión nos pone sobre la pista de la escasa confianza que ellos tienen sobre la capacidad de Bart para revertir la situación que atañe a su desempeño escolar, limitando la construcción de su subjetividad.
La escuela debería garantizarle, tanto al educando como a su familia, una mirada positiva sobre el desempeño del mismo durante su trayectoria escolar, comprometiéndose éticamente con la realidad que rodea al niño, elaborando estrategias de manera responsable con la situación en la que se halla inmerso el niño y la familia y su singularidad.
Los discursos y las prácticas psicológicas instituidas en el sistema educativo legitiman un cúmulo heterogéneo de decisiones que producen efectos sobre la subjetividad de los niños. Cuando hacen foco en el educando y pierden de vista la relación entre el sujeto y la situación, esto incluye su relación con el grupo de pares, con el docente, con la misma institución e incluso con su vínculo primario, limitan su mirada. Es por eso que nos preguntamos ¿es Bart el único responsable en esta situación?
Poner la mirada en el niño y su déficit implica hacer uso de un saber descontextualizado que aborda al mismo desde una perspectiva individual y lo estandariza según la norma vigente de lo esperable y aceptable para determinada fase del desarrollo infantil. Esto avala el ejercicio de políticas concretas que determinan, evaluación mediante, las derivación del niño a instituciones especiales abstrayendo los aspectos situacionales e históricos que le son propios (Mehan, 2001). Los legajos escolares, por ejemplo, poseen una función estratégica para la toma de decisiones acerca del destino de un niño. Sin embargo, no siempre reflejan su verdadera situación escolar debido a que privilegian el registro de algunas intervenciones por sobre otras. En el caso de Bart, se privilegia la intervención de Skinner, aún a costa de los efectos subjetivos que esta decisión produzca en Bart, produciéndose lo que Mehan (2001) denomina un proceso de textualización del alumno.
Por último, tal como afirma Baquero (2002) algunos de los efectos impensados de las prácticas psico-educativas clásicas propician el advenimiento de categorías y técnicas que determinan la identidad subjetiva y producen una segregación de las diferencias como consecuencia de una matriz evolutiva que permite definir los ritmos y los cursos del aprendizaje, obturando los efectos sobre la producción de subjetividades.
Conclusión
El dispositivo escolar moderno determina la construcción de un tipo de subjetividad propiciada por el marco socio-histórico en el que fue creado. Sin embargo, desde fines del Siglo XX se han producido cambios paulatinos en la sociedad.
En el caso de la serie televisiva Los Simpson, puede observarse que la escuela no contempla los intereses del niño. Los discursos y las prácticas psicológicas instituidas en ella producen efectos impensados sobre la subjetividad de los educandos. Es por eso que, desde nuestra perspectiva ética, sería importante desnaturalizar la mirada puesta sobre la escuela y la infancia, reubicándolas en las nuevas coordenadas socio-históricas que delimitan nuestro tiempo, a partir de un doble movimiento que se exprese en la dialéctica entre lo particular y lo universal-singular. Un primer movimiento que indique el tránsito de los juicios morales al universo de conocimientos disponibles dentro del estado del arte. Y un segundo movimiento suplementario del anterior y que da cuenta de la singularidad de cada situación, como es el caso de Bart, propiciando un cambio de posición subjetiva en todos los actores que componen la comunidad educativa y no obturando la emergencia de lo singular con la píldora adaptativa.
Referencias
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